Este documento recopila traducciones de reseñas de libros y artículos escritos por el Dr. James Anderson. En primer lugar, se incluyen sus reseñas del libro «Reforming Apologetics» del Dr. J.V. Fesko. Luego, se presentan dos artículos adicionales del Dr. Anderson que están estrechamente relacionados con el tema principal.
Si tienes poco tiempo -¿y acaso no es así para todos?- puedes hacerte una idea general leyendo la «Introducción», el capítulo 1 y el capítulo 8. Si te interesan especialmente las críticas del Dr. Fesko al énfasis vantiliano en la «visión del mundo» y la defensa de Van Til de la argumentación trascendental, junto con mis respuestas a esas críticas, lee el capítulo 5 y el capítulo 6.
Mi valoración general del libro puede resumirse como sigue: Creo que el Dr. Fesko hace un gran trabajo defendiendo el uso de la revelación natural -«el libro de la naturaleza»- en la apologética y mostrando cómo la corriente principal de la tradición reformada ha afirmado con coherencia y entusiasmo dicho uso - aunque con importantes salvedades relacionadas con los efectos noéticos del pecado y el necesario papel interpretativo de la revelación especial. Sin embargo, los principales defectos del libro son su repetida interpretación y caracterización erróneas de la postura de Van Til -y de la de otros presuposicionalistas, como John Frame y Scott Oliphint y su incapacidad para establecer su tesis de que las opiniones de Van Til están significativamente en desacuerdo con las opiniones de Calvino o con la teología reformada confesional. De hecho, dado lo que el Dr. Fesko afirma en el capítulo 8 sobre una «epistemología del pacto», y su acuerdo con Calvino - ¡y Van Til! - sobre la necesidad de leer «el libro de la naturaleza» a través de los «lentes correctivos de la Escritura», creo que debería dudar más en alinearse con el enfoque tomista «clásico» de la teología natural y simpatizar más con los esfuerzos de Van Til por «reformar la apologética» alineándola más con una epistemología y doctrina de la revelación coherentemente reformadas.
En cualquier caso, es bueno que los hermanos reformados sigan manteniendo estas conversaciones. Estemos agradecidos por las importantes áreas en común que afirmamos, mientras buscamos una mejor comprensión mutua y -por la gracia de Dios- una mayor convergencia con el tiempo.
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